Mi marido y yo decidimos que sí, que ya era hora de tener un bebé. Lo intentamos por primera vez en diciembre y pegó. Cuando ya estábamos haciendo castillos en el aire con libros de embarazos, cunas y fechas de nacimiento, tuve una interrupción espontánea. Me tomó completamente desprevenida, como que no podía creer que algo que se sentía perfectamente normal, se esfumara de esa manera. Aparentemente es muy común y que lo es más en "mujeres de mi edad que son madres primerizas" -como si no existiera ya presión suficiente en mi vida porque me "tardé taaanto en tener un bebé, qué quieres ser la abuela de tus hijos??"-.
Después de la mala experiencia, decidimos darnos un descanso. Este mes volveremos a intentarlo y yo me muero de miedo de no poder embarazarme una vez más. No puedo evitar pensar que es en esto en lo que la vida me va a cobrar las cuentas pendientes.
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