Como parte de las nuevas reglas del juego, el marido y yo acordamos que yo intentaría de dejar de ser la control freak peligrosa que soy y que él tomaría las riendas de una buena parte del día a día.
Es impresionante como pasé todo mi vida subestimando como harían las cosas los demás y ahora los resultados me tienen boquiabierta. En sólo una semana, el marido ya se encargó de organizar dos viajes, tres cenas y de hacer varios pagos de los que yo me encargaba anteriormente. Yo? ando de lo más distraída, se me olvida todo, dejo abiertas las puertas del closet y le perdí sus lentes oscuros...esto de dejar de tener el control por primera vez en mi vida, me está afectando las neuronas...pero es aire puro en mis pulmones y me siento muy feliz. Nunca es tarde para ser mejor.
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