Terminé de leerlo. Decidí darle el beneficio de la duda a una periodista portuguesa que después de sólo DOS semanas en México, creyó que era buena idea publicar un libro sobre el país. Al final, el resultado es predecible, un libro con buenos extractos pero lleno de imprecisiones (cita fuera de contexto a Octavio Paz), generalizaciones peligrosas, falsedades (como la de que en México todo lo que es "padre" es bueno y todo lo que es "madre" es malo...pffff) y con una falta clara de contexto. Todo lo anterior aunado al amarillismo que por supuesto es necesario hoy en día para escribir sobre México (el final del capítulo sobre Oaxaca es una oda a la nota roja). Es una pena. Porque la respeto como periodista, porque me gustaron sus reportajes sobre el país. También porque creo que lo que está pasando en Juárez merece todas las denuncias posibles. Sin embargo, un libro de esta naturaleza, que se basa en testimonios recogidos aleatoriamente, le resta toda credibilidad a un buen proyecto periodístico que se derrumbó porque la atrapó el síndrome de la cantante que quiso ser actriz.
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