4 años

4 años desde que lo conocí. A veces me parece muy poco y otras me parece tanto. Han sido 4 años de aprendizaje muy intensos para mí: aprendí que la vida puede dar un vuelco cuando menos lo esperas; que el amor a primera vista sí existe; que en la vida no hay valores ni juicios absolutos y que un amor muy grande sí puede rebasar todas las fronteras y obstáculos.

En estos 4 años más de una vez me he sentido pérdida, confusa y he tenido que buscar muchas respuestas para blindar nuestro amor contra las adversidades  y para tratar de ser la mejor mujer para él. Aprender a ser su segunda esposa cuando él es mi primero, aprender a ser madrastra cuando ni siquiera he sido mamá y aprender a adaptarme a un trabajo que va a medio gas después de más de diez años de estar subida  en un tren de alta velocidad han sido, sin duda, las cosas más difíciles que he tenido que hacer en toda mi vida.

Sé que aún queda mucho camino que recorrer y yo, todavía no me siento completamente preparada. Aún tengo esa sensación de estar caminando sobre hielo y tengo terror de que pueda quebrarse. Y en medio de esta oscuridad que a veces me invade, lo que me mantiene en pie es él. Como se entrega. El maravilloso efecto que me causa su abrazo. Poner mi cabeza en su pecho y sentir mis defensas desvanecerse. Seguirme muriendo de ganas de besarlo por horas, como desde el primer día en que me tocó. Amar y sentirme amada al 100%. La felicidad completa. Die Erfüllung.

Por eso, después de estos 4 años, sé que si en mi destino está una vida de pareja plena que perdure en el tiempo, sólo puede ser la que ya empecé con él. Porque gracias a su entrada en mi vida, me siento una mujer más completa cada día y porque no hay un solo día que hayamos pasado juntos en el que yo no haya estado consciente de lo afortunada que soy por tener conmigo al hombre más espectacular del mundo.