Adoro nuestros días en Lagos. Ya es una tradición pasar vacaciones en agosto en la casa de familia. Para mí, Lagos es sinónimo de playa, relax, diversión, mariscos maravillosos, bebidas frías y mucho romance con mi marido.
Este año aunque pasamos ahí menos tiempo del que esperábamos, lo disfrutamos muchísimo y como siempre aprovechamos para comer bien: el domingo G. me dió la sorpresa de llevarme a celebrar nuestros 4 años de conocernos al restaurante gourmet Vila Joya, cuyo chef austriaco Dieter Koschina es el único en Portugal que tiene 2 estrellas Michelin. La experiencia, el servicio, la comida y el paisaje lo valieron todo.
Un día después, pudimos mantener al cuerpo contento con una cena en Adega Vila Lisa, una tasca de mesas largas con mucho charme, dueño con cara de general, ambiente relajado y un menú fijo delicioso.
Después de 5 días tirada, de panza consentida y al sol, qué difícil es volver!!
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