Cuando pedí mi traslado aquí para poder estar al lado de mi esposo, sabía que iba a ser un "descenso" en mi carrera. No me importó. La vida está llena de opciones que dependen de nuestras prioridades. Sin embargo, de todo lo que me imaginé que esta opción iba a representar (salir de los rádares, extrañar la adrenalina, quedar fuera de algunos acontecimientos...), nunca pensé que me iba a topar con la mala experiencia de trabajar por primera vez con alguien a quien no le tengo menor respeto o admiración. No hay nada peor que una persona que sólo se dedica a flotar profesionalmente y que, no contento con eso, tampoco deja trabajar a los demás por su inseguridad. Cuento los días para que nuestros caminos se separen.
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