G y yo habíamos planeado ir a Turquía en febrero para nuestro aniversario. Llevo años soñando con ese viaje y por ello me había resistido a cancelarlo por el embarazo. Al final pensé, voy a estar en el sexto mes, será una perfecta despedida de los aviones antes del nacimiento del chicharo.
Mi marido que al principio me dió por mi lado, ayer le dió cuello a mi fantasía y de plano me anunció que es mejor que me vaya haciendo a la idea de que los viajes se acaban en diciembre. Que Istanbul es para disfrutarlo y no para andar en estrés por algún malestar inesperado o por lo diferente de la comida y además en abstemia alcoholica. Muy a pesar de mí y de mi necedad habitual, tuve que concordar con él y hacerme a la idea de que sí, que tengo una responsabilidad para con el chícharo y que vale más hacerme a la idea de quedarme quieta por el momento.
Turquía estará esperando por mi ansiado regreso al campo!!!
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