Una persona se nos acerca en un semáforo, en un restaurante o en cualquier lado con algo para vender o folletos que entregar y nosotros no tenemos ni siquiera un gesto de mínima decencia como para decir "no, gracias". Preferimos cerrar la ventana del carro, voltear para otro lado y e ignorarla como si fuese peor que un perro. Me da asco tanta deshumanización.
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