Fue finalmente liberado después de tres meses. Por lo menos eso quiere decir que el gobierno chino no es completamente indiferente a las presiones extranjeras. No tiene nombre que la paranoia de un régimen llegue a contaminar de esta manera todos los ámbitos. Por el momento, Ai Weiwei no podrá salir de su país en un año y no podrá dar declaraciones a la prensa.
Aunque estoy llena de indignación, me alegro mucho de que su detención no se haya prolongado. Un artista de este calibre tiene que tener la oportunidad de seguir creando. Hay pocos como él.
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