Me encanta aprender de las personas. Podría pasarme horas haciendo preguntas y escuchando a alguien inteligente racional y/o emocionalmente.
Por cuestiones de trabajo, en estos días tuve la oportunidad de conocer a dos grandes mentes brillantes y completamente desprovistas de arrogancia: un académico argentino y un alto funcionario mexicano experto en finanzas compitiendo para dirigir el más alto organismo internacional en su ramo. Inmediatamente se ganaron mi admiración y mi respeto. Y lo más importante, me reavivaron las ganas de ser cada vez mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario