Felicidad perfecta

Cada día las apariencias son un factor más importante en nuestras vidas. Aparentar ser feliz, tenerlo todo. Aparentar que cumplimos con los parametros de la perfección social que nos dicta la moda. Tener un cierto tipo de cuerpo, de ropa, de carro, de casa, de cuenta de banco. Tener un buen trabajo y un buen sueldo. Tener pareja y tener hijos. La felicidad perfecta. 

Yo misma he sido víctima de esta dinámica. Cuando llegué a Lisboa, se volvió importante demostrarle a la gente que  integró el pasado de G. que lo tengo todo. Que G. me escogió a mí  y que hizo bien. Que estoy cool, que soy fuerte. También demostrarmelo a mi misma, para reafirmarme que no me equivoqué al venir a un país en donde estaban las cenizas de un antiguo matrimonio y en donde no habría ningún amigo esperándome.  Y así puse en marcha una máquinita de apariencias que tuvo un enorme costo para mí, porque aparentar va en contra de mi naturaleza.  Y porque la verdad es que la he pasado muy mal desde que llegué. Total que acabé privandome de disfrutar lo que a mí me hace realmente feliz, que es vivir sin importarme lo que digan los demás. Por eso,  necesito escribirlo, decirlo bien fuerte:

NO ME IMPORTA LO QUE PIENSEN. NO LO TENGO TODO PERO HE LUCHADO MUCHO POR LO QUE TENGO. AQUÍ, TENGO DÍAS DE MUCHA SOLEDAD, DE MUCHA FRUSTRACIÓN Y DE MUCHAS INSEGURIDADES. MI ADAPTACIÓN  HA SIDO MÁS DIFÍCIL DE LO QUE PENSÉ  PERO HAY MUCHAS COSAS QUE ME MANTIENEN EN PIE: UN HOMBRE QUE ME AMA Y AL QUE AMO,  SUEÑOS Y PROYECTOS PARA EL FUTURO, PASIÓN DE VIVIR  Y LA CERTEZA DE QUE AUNQUE ESTÉN LEJOS, TENGO UNA FAMILIA Y AMIGOS QUE ME ESPERAN DEL OTRO LADO DEL MUNDO.....Y ESO ME DA MUCHA FELICIDAD,  TAL VEZ NO PERFECTA PERO SÍ BASTANTE COMPLETA.