Mañana cumplo 36 años. El número me suena intimidante. Tal vez porque en realidad sólo estoy haciendo ahora a nivel personal todo lo que pensé que iría hacer a los 26. No lo lamento, las cosas llegaron a mi vida cuando tenían que haber llegado. A pesar de lo tentador que es, cuando pude haberlo hecho, no me conformé con lo que tenía. Siempre he escuchado a mi corazón y es lo mejor que he podido hacer. He luchado con dientes y garras por lo que quiero y gracias a eso, lo tengo. No creo en vidas perfectas. Creo que hay un tiempo para todo. Habrá fases en que lo profesional estará en auge y otras en las que lo personal tiene que estar en primera fila.
Hoy, mirando hacia atrás y a donde he llegado, me siento una mujer plena. Solo a veces me gustaría tener más tiempo de vida. Hay tantas cosas más que me gustaría hacer. Tantos sueños, tantos proyectos que se difuminan en mi mente porque siento como los años se deslizan entre mis manos. Me esperanza saber que cada vez somo más las que estamos en este caso. Ver a mi alrededor mujeres bellísimas de 40 años, que continúan viviendo como si tuvieran 30, que no se dejan vencer por los prejuicios de la edad a las que estamos continuamente sometidas y que se siguen cuidando a sí mismas, es sin duda una gran inspiración para los años que vienen.
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