Fui víctima del primer ataque de vandalismo en mi vida. Me poncharon la llanta del carro con tres cuchilladas. Supongo que es reflejo de los tiempos de crisis que vive Portugal y del gran resentimiento social que hay. En estos momentos la gente tiende a sacar lo peor de sí misma. Sé que mis placas son un imán para este tipo de personas y que destrozar mi llanta les debe de haber causado alguna satisfaccción. Lo malo es que a cambio de eso, la imagen de un país entero se deteriora antes los ojos de los que somos víctimas de este tipo de actos.
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