lunes, 7 de febrero de 2011

Nómada

Amo mi trabajo. Pocas profesiones permiten una regeneración constante como éste. Todos mis puestos han implicado responsabilidades distintas en ámbitos distintos. Si no estoy contenta en un sitio, sé que mi paso por ahí es efímero. Si soy feliz en otro, vivo la experiencia apasionadamente, por la misma razón.
Por lo complicado del proceso de selección, tener un trabajo de estos es un orgullo per se. Pero hay muchas más satisfacciones. Esta profesión permite un crecimiento personal sin límites: la conciencia de aprender de la infinad de realidades que nos rodean y tener la posibilidad de poner un granito de arena para cambiar aunque sea un poquito a nuestro país y al mundo en general.
Las mujeres de mi generación todavía la tenemos complicada: vencer obstáculos y crear precedentes que nos permitan tener una vida más equilibrada entre lo personal y lo profesional. No es fácil. Por eso,  le doy gracias a la vida todos los días por haberme dado hasta el momento esa oportunidad. Ya veremos que luchas nos depara este futuro impredecible, pero lleno de puertas por abrir.

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