martes, 1 de febrero de 2011

Egipto

Nunca he estado de acuerdo con la política de imponer  ideologías y forzar democracias que caracteriza a los gobiernos europeos y de Estados Unidos. En general,  los civiles acaban por sufrir tres veces más de la cuenta y los régimenes instalados son endebles y carecen de legitimidad... Iraq y Afganistán son sin duda los ejemplos más gráficos de esto, pero son sólo la punta del iceberg.
Durante años ví aprobarse en Naciones Unidas  resoluciones ferozmente impulsadas por las potencias occidentales condenando a los régimenes de Bielorusia, Myanmar y Corea del Norte. Resultado? Ningún cambio práctico a la vista, sino todo lo contrario.
No deja de ser irónico que dos de las dictaduras apoyadas tácitamente por esas mismas potencias, estén viviendo hoy auténticos procesos democratizadores que vienen desde adentro. Esa es la verdadera expresión de la libertad  y de la búsqueda de garantías individuales. Mis respetos para los pueblos tunecino y egipcio.
PD. Hay algo en la aparente pasividad de Mubarak que me angustia. Como si algún mal augurio se estuviera cocinando trás bambalinas. Espero que sea sólo mi paranoia habitual.

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