En la universidad tuve una clase llamada "Sexo, matrimonio y familia" (toda mi vida admiraré a los jesuítas). Mi maestro era un psicológo que hizo una aseveración que literalmente me marcó para todo la vida: "Qué hace la gente mientras encuentra el amor?......se casa!".
Yo, que me he hecho verdaderas disertaciones mentales acerca de la traición en el matrimonio y de la posibilidad del siempre en una pareja, sentí como que luz de la sabiduría me cegaba. Es apabullante la cantidad de personas que se casan sin estar realmente convencidos por seguridad material, porque piensan que el cariño es suficiente, por miedo de no tener otra oportunidad o por simple soledad. No juzgo, porque yo estuve cerca de hacerlo dos veces. Mi esposo sí lo hizo. Y en esas circunstancias, encontramos el amor. Y mi maestro de antañosigue siendo para mí el oráculo del sur.
Yo, que me he hecho verdaderas disertaciones mentales acerca de la traición en el matrimonio y de la posibilidad del siempre en una pareja, sentí como que luz de la sabiduría me cegaba. Es apabullante la cantidad de personas que se casan sin estar realmente convencidos por seguridad material, porque piensan que el cariño es suficiente, por miedo de no tener otra oportunidad o por simple soledad. No juzgo, porque yo estuve cerca de hacerlo dos veces. Mi esposo sí lo hizo. Y en esas circunstancias, encontramos el amor. Y mi maestro de antañosigue siendo para mí el oráculo del sur.
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