lunes, 13 de febrero de 2012

Sentimientos encontrados


Me cuesta aceptarlo. Cada vez que termina un fin de semana con L., me quedo con una mezcla de sentimientos enmarañados en la cabeza. Sentimientos de culpabilidad, por los celos que me invaden cuando me siento como el mal tercio en una relación muy consolidada entre padre e hija. Sentimientos de alivio porque la paz regresa a la casa y me siento de nuevo dueña de mi espacio. Sentimientos de territorialidad porque pienso en los informes detallados sobre nuestra vida que mi hijastra le rinde a su mamá los lunes por la tarde. Sentimientos de miedo porque no quiero fragilizar el lazo que hemos formado, ni mi relación con mi marido. Sentimientos de duda acerca del futuro, en el que creo y espero tendremos una relación más próxima.
Y en medio de tanta confusión, me siento perdida. Porque he leído mucho sobre el tema de las madrastras y veo que en  muchos de los casos, es fácil que asuman el papel de segunda mamá porque sus esposos les dan el espacio para hacerlo. Pero que pasa cuando no hay espacio para ello y el hombre asume el papel de compañero de juegos y de protector ? Que papel nos corresponde llenar? Vivir nuestra vida o forzar una situación que nos pone incómodas?

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