Me encanta comer. Desde chica me enseñaron que es uno de los mayores placeres que hay en la vida y me lo he tomado al pie de la letra. Nada mejor para mí que un buen vino y una buena carne. Por si fuera poco soy viciada en las papas fritas. No tengo fuerza de voluntad para matarme de hambre en una dieta a base de sopas y jugos como el resto de mis amigas.
No soy gorda, pero tampoco flaca y tengo mucha vanidad...por eso no puedo dejar escapar un grito de terror cada vez que se asoma una lonjita en los bordes del pantalón. Juro mil veces que a partir de ese momento adoptaré los hábitos alimenticios de un conejo...pero en tan solo unas horas ya estoy escogiendo la costilla de cerdo en vez de la ensalada mixta.
Lo peor de todo es que ahora sí estoy notando como esos kilitos de más no desaparecen en unas cuantas semanas como lo hacían hace solo un par de años.
Lo peor de todo es que ahora sí estoy notando como esos kilitos de más no desaparecen en unas cuantas semanas como lo hacían hace solo un par de años.
Quiero ser delgada y seguir comiendo!!! Socorrooooo!!
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