martes, 10 de enero de 2012

Resoluciones para el año nuevo

En medio de toda esta locura en la que se ha convertido mi vida, entre el aumento en mis responsabilidades laborales, el ultimo trimestre de embarazo y los mil y un compromisos sociales que no dejan de multiplicarse, apenas me ha quedado aliento para sentarme a reflexionar y encontrar un poco de claridad en el estado que guardan las cosas en mi vida.
La verdad es que estoy insoportablemente sensible. Mis miedos crecen a la par de mi panza, con estos 380º de cambios hormonales. Qué pasará? Podré mantener una vida de pareja saludable con un bebé llorando en el cuarto de al lado? Seré buena mamá? Dejaré de tener libido? Será L. siempre la hija más querida  porque no está con nosotros? Extrañara G. la vida que tenía en su primer matrimonio? Es posible que el amor tan grande que nos tenemos sobreviva con los años o estamos inevitablemente condenados al tedio? Se puede mantener la felicidad o una desgracia inexorable nos espera a la vuelta de la esquina?
Y en medio de todas estas emociones que se me apilan dentro y de lo cada vez más intolerante que estoy a la presencia de la ex mujer en nuestra vida, en nuestra intimidad -a través de llamadas y de preguntas a L.- , sé que tengo que aprender a ser mejor persona y dejar atrás todas esas amarguras con las que me enveneno el alma.
Aceptar el pasado,  las condiciones en las que me casé y que aunque la ex estará para siempre en nuestras vidas, no tiene ninguna importancia real.  Aceptar mis defectos y no sólo exigir perfección de los que me rodean. Seguir adelante, luchando por lo que quiero, trabajando por ser un mejor ser humano para no dejar escapar mi felicidad. No dejarme cegar por la oscuridad y darle a valor a lo que realmente lo tiene. Vivir como si no hubiera mañana. Reir y reir. Esperar con los brazos abiertos y de la mano de mi marido, ese nuevo capítulo lleno de nuevos retos que nos espera en abril.

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