martes, 10 de mayo de 2011

El fin de semana

fue muy bueno. Creo que por primera vez desde que llegué, no hubo tensiones de ningún tipo con L. en casa. Mi esposo comenzó a instrumentar su nueva política de reservar tiempo para nosotros dos y de ser un poco menos obsesivo con su hija. Los resultados están a la vista: cero conflictos y una esposa más cooperativa que hizo baby sitting completamente relajada mientras su marido estaba en el estadio.
En honor a mi infancia, le compré a L. la versión portuguesa de "Le petit Nicolas" en la Feria del Libro de Lisboa. Le leí el primer capítulo antes de dormir y nos divertimos las dos muchísimo, yo por mis nostalgias y ella descubriendo algo nuevo.

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