El médico nos dió una mala noticia en la última consulta. Soy anátomicamente demasiado estrecha de pelvis y será difícil que la cabeza de S. pase por ahí de forma natural. Cuestión genética aparentemente. Tenemos dos alternativas: inducir el parto la próxima semana, antes de que la bebé esté demasiado grande, o programar una césarea.
Yo, ando medio arrastrando la cobija. Me hubiera gustado tanto un parto natural...pasar por todo el proceso de rompimiento de la fuente, contracciones y correr al hospital. Ahora la prioridad número uno es la inducción. Con la césarea, G. no estaría para el nacimiento de su hija y eso me pone doblemente triste.
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