jueves, 15 de marzo de 2012

Heme aqui

con 34 semanas de embarazo y sin esperanzas de que llegue el nuevo jefe antes del nacimiento, como estava previsto, para sustituirme. El trabajo se apila: entrevistas, reuniones, elaboración y corrección de documentos, atención de emergencias, etc... y aunque siempre he sido más de emociones fuertes, lo cierto es que siento como mi cuerpo de pronto me pide bajar el ritmo.
Tengo que ahorrar mis energías si, como todo parece indicar, estaré al frente de este barco hasta el día del parto.

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